#19 CULTIVO EN COCO: COSECHA

octubre 14, 2016 11:53 am

Regresamos para hablar un poco más sobre el ansiado momento de la cosecha.

Veremos algunos de los posibles problemas que pueden aparecer y también aprenderemos algo más sobre los tricomas.
El adelantarse en el momento de la cosecha es uno de los errores más comunes en los cultivadores noveles. Ya sea por guiarse exclusivamente por los datos que le ofrece el banco de semillas, o por orientarse por la maduración de los pistilos y no de los tricomas.
Aunque es cierto que los pistilos también maduran cambiando su color de blanco a marrón-rojizo conforme la planta se acerca al momento de su cosecha, este no puede ser el criterio único de recolecta.
Los pistilos también pueden marchitar y volverse marrones cuando la planta está polinizada, cuando algún cogollo no recibe bien la luz o incluso cuando se han hecho pulverizaciones de jabón potásico, bacillus u otros productos ecológicos que se llegan usar en la primera mitad de floración.

Observación mediante lupa o microscopio de los tricomas.

Este cultivo en coco va a ser cosechado en breve. Los últimos 10 días se retiró la nutrición dejando una EC de 0´5ms con enzymas que ayudaron a disolver restos de raíces muertas en el sustrato. Es hora de comprobar el punto de maduración de los cogollos.
Lo más adecuado para acertar con el punto de maduración deseado es la observación mediante lupa o microscopio de los tricomas. Estos son las glándulas de resina que hacen brillar los cogollos. Y son las responsables tanto de los aromas como de los efectos de la planta.

Lo primero que tenemos que mirar en los tricomas es su forma. Los que más cantidad de cannabinoides contienen son los tallados-capitados, es decir, los que tienen un tallo largo y una cabeza bien formada como un chupachup. Si el tricoma solo tiene cabeza, o solamente tallo, la planta aún no tendrá la suficiente potencia ni aromas.

Una vez comprobada su forma, debemos fijarnos en su color.

Aquí podéis ver los cálices de un de cogollo de cerca. Algún pistilo está marchito y algún otro blanco. Pero se aprecia claramente cómo los tricomas están perfectamente formados con su cuerpo y cabeza.
La evolución normal del color de los tricomas es del transparente, al blanco lechoso opaco y de ahí al ámbar y el punto óptimo de cosecha dependerá de la variedad y de los gustos del cultivador. El mayor contenido de THC lo encontraremos en el punto blanco lechoso opaco.

Cuando tornan hacia rojizo, la cantidad de THC se va degradando en favor del CBD haciendo la yerba más narcótica y menos psico-activa. Hay que tener en cuenta que las variedades más sativas difícilmente llegan a ponerse en ámbar bajo luz artificial, por lo que el blanco lechoso será su punto óptimo de cosecha.

Se puede jugar a hacer una misma variedad más activa si cosechamos antes.

Y más narcótica si cosechamos un poco más tarde. Pero hay que tener en cuenta que una sativa recogida demasiado cristalina, puede llegar a ser taquicárdica. Mientras que una índica recogida con tricoma rojizo, será excesivamente narcótica.
Una vez decidido que es el momento de la cosecha toca revisar los cogollos. Llegados a este punto, el único problema que puede aparecer ya en la cosecha de interior es la botrytis. Un hongo que se manifiesta con moho blanco en el interior de los cogollos o con flores marchitas. Cualquier parte infectada debe ser eliminada y saneada. Su consumo puede ser tóxico.

Este cultivo de Jack Herer se lleva a cabo sin ventiladores para poder grabar adecuadamente. La falta de ventilación unido a cogollos densos y al cultivo en hidro es una bomba de relojería para el desarrollo de Botrytis. Pero por suerte las variedades sativas son menos sensibles que las índicas, y llegado a su punto de maduración óptimo, solo una de las plantas desarrolló este mal. Llegando la cosecha a buen a término.

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